domingo, 10 de julio de 2016
Oriana
Así sin avisar,
entra su mirada azabache,
ternura desbordante.
Mil remolinos en otras mil batallas,
enero sofocante,
julio helador.
Más su mirada intensa,
cuento de duendes y hadas,
transportadora de eternos mundos.
Cálida luz en su boca
queriendo gritar al destino,
que es su alma la que embriaga,
que es su corazón el que ama.
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