lunes, 15 de noviembre de 2010

La que ama en soledad


Déjame entrar, ver tus ojos y ofrecerte mi silencio.

Llévame donde despiertan los sueños y darte mis anhelos.

Cólmame de regalos, susurros y cuentos, donde los guardaré

en el lugar más escondido del mundo.

Espero en la orilla del rio, verte pasar

y darte mi saludo silencioso.

1 comentario:

Lola Padilla dijo...

Preciosos versos, sin duda tienen una profundidad especial.

Ese silencio del que hablas es más que parlante, es un compañero de camino.

Y cuando se cuida de los presentes como dicen tus versos, así de ese modo el temor por entregar no existe.

Sin duda unos versos, tan fácil de leer y tan difícil de asimilar a veces.

Me alegro verte de nuevo y me alegra leer lo que leo.

Gracias.